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Anécdotas de un cura

15 enero 2020

Unas pinceladas de mi vida

A finales del 2019, después de conversarlo con mis amigos más cercanos y meditarlo por mucho tiempo, me decidí a compartir algunas cosas de mi vida personal, remontándome hasta mis curiosos orígenes chinos y peruanos, y llegando hasta mis estudios en el Seminario Diocesano donde me formé. Así, el 24 de noviembre emití un directo en mi canal de YouTube donde -no sin faltarme mi habitual miedo escénico-, me lancé a contar algunas anécdotas personales.

En dicha ocasión, y durante casi cincuenta minutos pude compartir experiencias: 1) de mi adolescencia y mi temprana juventud; 2) del cómo se desarrolló mi primer acercamiento a la Iglesia, ya que no era ni un chico devoto ni mucho menos alguien que fuese practicante; y 3) del lento discernimiento que hice sobre la vocación sacerdotal, al que no le faltaron dudas y cuestionamientos interiores, pero que se fueron disipando durante la formación del Seminario. Quienes llevan más tiempo siguiéndome en el Canal, ya habían podido escuchar algo de esto en el vídeo «¿Cómo supiste que debías ser sacerdote?» de meses atrás, donde trataba de dar respuesta a la inquietud de algunos alumnos del colegio.

YouTube me está crujiendo

Tenía anunciado que, en nuevo Directo en el mes de diciembre, iba a seguir con el hilo narrativo de mi vida, pero no fue posible. Dicho mes, YouTube anunció un cambio en su normativa interna, que a efectos prácticos me generó más de un quebradero de cabeza: su algoritmo calificó mis vídeos del Hansultorio como «Made for Kids», y mis vídeos del Comentario al Evangelio recibieron una «Restricción de edad». Mejor dicho, que hacía contenido infantil, y a su vez, que no era apropiado para menores de 18 años de edad. Incomprensible. Fruto de la impotencia, hice este vídeo pidiendo ayuda a mis suscriptores, para que YouTube revisara esas calificaciones y evitar así una sanción que podría haber llevado a la eliminación de ese contenido, o del Canal entero. ¡Vaya mes de diciembre pasé!

Afortunadamente hasta el día de hoy no he recibido ninguna sanción, y he podido quitarme esas calificaciones vídeo a vídeo. Pero claro, he dejado de emitir el Hansultorio -para que no me sancionen por Copyright por el Mickey Mouse- y me he visto obligado a repensar mi contenido. Es por eso que en este mes de enero de 2020 he hecho un nuevo Directo, retomando las anécdotas que os venía contando.

Mis primeros años de cura

Así, el pasado domingo 12 estuve otros tres cuartos de hora contándoos lo que he vivido entre los años 2009 y 2013, que fueron los años de mi diaconado y los primeros de mi sacerdocio, de mis estudios en Derecho Canónico en Valencia, de mi vida en el Colegio Mayor de la Presentación y Santo Tomás de Villanueva, y de mi trabajo pastoral en la Parroquia Nuestra Señora de Loreto, de Jávea, provincia de Alicante, Diócesis de Valencia. Incluso traje a la mente bellos recuerdos y una pequeña reflexión sobre qué entiendo yo del sacerdocio católico, y de cómo trato de vivirlo en el día a día.

De todo corazón, desearía que podáis ver estos vídeos. Estoy convencido que, gracias a ellos, no sólo me conoceréis un poco mejor, sino que entenderéis del por qué vivo y trabajo en España, del por qué mi «hablar como español» no significa que me avergüence o reniegue de mis raíces peruanas o chinas, y así el próximo directo, del mes de febrero, no os pilla de sopetón sino que podréis seguir el hilo de mis anécdotas, en donde nunca ha estado ausente el Buen Dios, a quien sirvo, amo y me consagro, sirviéndoos desde estos pequeños vídeos de yutú.

Dejad un comentario. Estaré encantado de leeros y de responder a vuestras inquietudes. ¡Nos vemos muy pronto!